Cuando nos quedamos embarazadas, nuestro cuerpo comienza a cambiar, y, por ejemplo, sudamos más. Por ello, una ducha diaria o un baño relajante contribuirán a mantenerte sana y relajada. Contempla una higiene más cuidadosa en la zona íntima, con jabones neutros y sin irrigaciones vaginales. En el caso de aparecer picores, acude al médico inmediatamente para que te recete algo especial, adecuado para tu estado. No te auto-mediques nunca.
La piel tiende a resecarse, así que las cremas hidratantes de aceite de oliva, aloe vera o rosa mosqueta serán tus mejores aliadas. Harán tu piel más elástica y prevendrán en la medida de lo posible las estrías. Extrema también la higiene dental, pues las embarazadas son más propensas a las caries: cepilla tus dientes al menos 2-3 veces al día y visita al dentista al menos una vez durante el embarazo.
Importante: Evita la depilación con cera caliente, pues favorece la aparición de estrías, y la foto-depilación o el uso del láser.
Salvo recomendación específica del médico, durante el primer trimestre no tiene por qué variarse en exceso la alimentación si llevas una dieta sana y tú misma lo estás. Sin embargo, hay unos mandamientos que debes cumplir:
El ejercicio diario mejora la condición cardiovascular y muscular del cuerpo, beneficiando a la madre y al feto. Los expertos recomiendan la práctica de ejercicio físico al menos tres veces a la semana, durante 30-45 minutos. Lo más adecuado es caminar, hacer footing, la bicicleta, la gimnasia de tonificación, la natación o el yoga.
Importante: Los deportes con vibraciones o sobrecargas abdominales, los de impacto o los que conllevan riesgo de caídas o contusiones, quedan descartados de tu agenda física.
Los viajes no están contraindicados, pero vuelos muy largos o bien destinos exóticos no son muy adecuados durante el embarazo. Es mejor que, antes de viajar, te sometas a una exploración médica para asegurarte de que no existe ningún factor de riesgo. En los viajes en automóvil realiza paradas cada 2 horas para ir al baño y dar un pequeño paseo de forma que estimules la circulación sanguínea. Si tienes que volar, no te preocupes, los viajes en avión no entrañan un riesgo añadido al embarazo.