LAS REGLAS DE ORO DE UNA FAMILIA UNIDA


Familia
3/03/2021
La buena comunicación, los mensajes coherentes, la confianza y el apoyo entre los padres son fundamentales para los niños y también para mantener una buena relación de pareja. Hay cosas que no debemos olvidar como cabezas de familia: al otro.

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Cuando la familia crece se tiende a olvidar a la pareja, pero ambos sois el eje de la familia.

Aquí te dejamos unas reglas de oro que solo te recordarán lo que ya sabes y que esperamos te sirvan cuando sea necesario.

Tal vez los días de cambiar pañales y compartir las tareas para cuidar de los más pequeños queden ya lejos, pero sigue siendo muy importante que "mamá y papá" siempre sean un frente unido, esa es la clave para un hogar feliz.

Incluso si tienes la suerte de disfrutar de una vida familiar bastante estable, ninguno de nosotros puede decir que criar hijos es fácil, por eso es bueno recordar, de vez en cuando, unas cuantas reglas de oro para que todo vaya bien.

"Nosotros dos somos uno"

Tal vez sois la media naranja el uno del otro. O tal vez por ser tan opuestos os atraéis. Vale la pena pensar de vez en cuando en lo que originalmente os gustó y os atrajo de cada uno. Es verdad que no es fácil vivir tan despreocupado, como antes de que llegaran los niños, pero eso no significa que no podáis divertiros.

Salir de vez en cuando o simplemente reservar una noche a la semana para ver una película y disfrutar juntos de una "noche de manta y sofá" ayuda a crear una mejor base para la vida familiar. Si los niños ven que mamá y papá disfrutan y viven la vida como iguales, será más fácil que respeten el hecho de que ambos tienen la misma autoridad.

La buena comunicación

Si tenéis un hijo, o más, es vital que desde el primer día ambos estéis compenetrados y compartáis vuestros pensamientos y quehaceres, saber lo que opina el otro es muy importante. Atrás quedaron los días en los que desaparecíais durante horas dedicados a vuestras cosas. ¡Ahora sois más que nunca un equipo que juega unido!

La clave es compaginaros para disfrutar de ratos de tranquilidad y dedicación propia, si tenéis hobbies o aficiones, encontrar tiempo para practicarlos, ya sea el fin de semana o mientras los peques están con los abuelos o en extraescolares. La frustración por no poder disfrutar de las cosas que nos gustan no es buena, ¡hay que sacar tiempo!

Ser riguroso

Si ambos estáis de acuerdo en un "plan de acción" para vuestros hijos - un límite de dulces o gastos de ropa, por ejemplo - tiene que ser riguroso. Si uno de vosotros dice una cosa y el otro da un mensaje totalmente diferente, entonces será fácil que los niños usen esa ambigüedad para salirse con la suya.

Ellos buscan "pautas", y hasta que tengan una edad para aprender de su propia experiencia, vosotros habéis de ser una sola voz, ofreciendo las directrices apropiadas como padres. Si hay un tema en el que simplemente no estáis de acuerdo, es importante resolver las diferencias lejos de los niños para que ellos no vean esta falta de unidad. Apoyaos mutuamente, en lugar de criticaros.

"Poli bueno, poli malo"

Si uno tiende a ser más estricto que el otro no es malo,siempre y cuando ambos estipuléis los mismos límites y las mismas pautas. Por ejemplo, uno puede ser más propenso a imaginar las cosas terribles que podrían sucederle al pequeño la primera vez que salga con sus amigos, y el otro podría ser más abierto a nuevos territorios, sabiendo que su hijo es responsable y confiando en que sabe lo que está haciendo, a dónde van y qué van a hacer si hay un problema. Si este es el caso, es necesario comprender y apreciar los respectivos puntos de vista de la pareja, debatirlos entre vosotros y compartir los términos y condiciones con el niño, pero siempre desde el mismo lugar.

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