La casa es un verdadero desastre: los platos se amontonan en los alrededores del fregadero, los juguetes están esparcidos por el suelo, la basura prácticamente podría caminar sola rumbo a la puerta de lo grande que es… Y el perro todavía no ha salido de paseo. ¿Te suena?
La lista de tareas puede ser interminable… Aligera un poco tu carga física (y otro poco la carga mental) “reclutando” a tu pareja y a vuestros chavalitos para que compartan contigo alguna de las tareas que queda por hacer. ¡Así estáis juntos y tú te sientes acompañada y apoyada!
Repartiendo las tareas
Reconozcámoslo: a nadie le gustan las tareas domésticas. Cuando pidas ayuda no van a saltar de alegría y van a ir corriendo como flechas a hacer lo que les mandes (o sí, hay niños muy buenos que disfrutan ayudando, pero casi todos prefieren disfrutar con otras cosas), así que no te dejes disuadir por sus quejas y gemidos, e intenta vendérselo, no como quehaceres, sino como trabajo en equipo y tiempo en familia. ¿Quieres algún consejo?
¿Qué te ha parecido este artículo? ¿Te ha gustado? ¡Dale me gusta o déjanos un comentario! Fairy lleva toda la vida contigo… ¡cuéntaselo a tus hijos! Cuando crezcan lo recordarán pensando: “siempre estuvo en mi casa”.